Un importante fabricante de automóviles reconoció las oportunidades para optimizar los costes de transporte, reducir los plazos de entrega y mejorar la seguridad, evolucionando su estrategia de almacenamiento en función de la compleja normativa de México.
C.H. Robinson desarrolló una solución estratégica de almacén con el objetivo inicial de eliminar los movimientos transfronterizos redundantes y agilizar la nacionalización.
Un líder automotriz reconocido a nivel mundial tenía una instalación en México que sirve como un centro de fabricación crítico, produciendo vehículos todo terreno (ATV) tanto para las ventas nacionales mexicanas como para los mercados de exportación mundiales.
Operando bajo uno de los programas de facilitación del comercio de México, la instalación aprovecha el programa para importar materiales y piezas utilizadas en el proceso de ensamblaje. Sin embargo, esta facilitación del comercio viene con un requisito específico: los productos ensamblados deben exportarse desde México y no pueden venderse en el país sin antes someterse a un proceso de nacionalización.
Debido al crecimiento significativo en el mercado mexicano, la planta de fabricación estaba experimentando un cambio fundamental en los patrones de demanda. Los vehículos todo terreno que originalmente se fabricaban principalmente para la exportación ahora se necesitaban cada vez más para las ventas nacionales en México, lo que creaba un desafío operativo complejo y costoso que requería atención inmediata.
El procedimiento existente requería que cualquier vehículo ensamblado vendido en el mercado nacional fuera enviado desde México a los Estados Unidos para su despacho de exportación antes de ser reimportado a México para su nacionalización.
Este proceso resultó en costes adicionales y plazos de entrega más largos. También introdujo mayores riesgos y complicaciones asociadas con el movimiento de mercancías a través de las fronteras.
La compañía era de mente abierta, pero reservada a la hora de hacer cambios. El proceso existente era familiar y predecible. Sin embargo, estaba afectando claramente la capacidad de la empresa para atender a los clientes en México de manera eficiente y competitiva. Querían implementar una nueva solución antes de que el proceso afectara a los niveles de satisfacción del cliente.
Al reconocer la complejidad del desafío, C.H. Robinson comenzó a desarrollar una solución personalizada que transformaría radicalmente la forma en que el líder automotriz abordaba sus procesos de cumplimiento aduanero. La solución propuesta no se parecía a nada disponible en el mercado.
C.H. Robinson reunió un equipo multifuncional, que incluía especialistas en gestión de cuentas, expertos en aduanas y representantes del transporte terrestre norteamericano, mientras que el fabricante movilizó a su equipo de operaciones virtuales, especialistas en nacionalización, equipo de cumplimiento comercial, personal de operaciones de planta y departamentos de respaldo adicionales. Este enfoque colaborativo garantizó que cada aspecto de la operación existente —incluyendo el cumplimiento legal— se considerara y optimizara cuidadosamente en el diseño del nuevo proceso.
El avance surgió con el desarrollo de un proceso optimizado, que incluyó el establecimiento de un almacén aduanero estratégicamente ubicado cerca de su planta de producción existente, eliminando la necesidad de cruzar fronteras internacionales.
El proceso transformado ofrece una eficiencia notable:
El proceso de implementación requirió una planificación y ejecución cuidadosas durante seis meses, con C.H. Robinson gestionando todos los aspectos de la transición para garantizar operaciones fluidas y el cumplimiento de las regulaciones aduaneras. Las reuniones semanales del proyecto reunieron a las partes interesadas clave para mantener la alineación y abordar los desafíos a medida que surgían.
Un componente crítico de la solución implicó la integración de un seguimiento integral de números de serie, documentación fotográfica y pistas de auditoría detalladas, proporcionando a ambas empresas una visión sin precedentes del estado del inventario y los plazos de procesamiento a través del sistema de gestión de transporte (TMS) de C.H. Robinson.
La implementación también incluyó extensas fases de prueba y optimización, comenzando con la ejecución del programa piloto que permitió a ambos equipos identificar y abordar posibles problemas antes del lanzamiento a gran escala. Los ajustes del proceso se realizaron en función de los resultados iniciales, seguidos de una formación integral del equipo en todas las organizaciones interesadas para garantizar que todos estaban preparados para el nuevo modelo operativo. La fase final implicó una rigurosa validación del rendimiento y la aprobación formal de todas las partes.
La implementación no solo se trataba de la logística, sino de la gestión del cambio. C.H. Robinson ayudó a la empresa a gestionar los cambios operativos relacionados con el depósito aduanero y también los organizativos.
La implementación del almacén fiscal estratégico arrojó resultados notables que superaron todas las expectativas iniciales. De hecho, la transformación ha cambiado radicalmente la forma en que el fabricante opera en los mercados mexicanos, proporcionando ventajas competitivas que van mucho más allá de la simple reducción de costes.
El impacto más inmediato y visible ha sido la drástica reducción del tiempo de procesamiento. Lo que antes requería varios días de compleja logística transfronteriza ahora toma un máximo de 48 horas, con la capacidad de procesar vehículos en cuestión de horas cuando surgen necesidades urgentes de los clientes. Esta mejora representa una reducción del 55 % en el tiempo de procesamiento, revolucionando por completo su capacidad para responder a las demandas de los clientes y las oportunidades del mercado con una agilidad sin precedentes.
Desde una perspectiva financiera, la solución ayudó a la empresa a evitar el 34 % de los costes de transporte y aduanas en comparación con el proceso anterior. Estos ahorros continúan escalando con el volumen, proporcionando un valor continuo que fortalece su posición competitiva en el mercado automotriz.
El impacto financiero superó todas las expectativas, pero las mejoras operativas han sido igualmente valiosas. C.H. Robinson miró más allá del problema inmediato, transformando por completo la forma en que el líder automovilístico piensa sobre lo que es posible en las operaciones transfronterizas.